¿CUÁLES SON Y POR QUÉ SE PUEDEN CONFUNDIR CON OTRAS ENFERMEDADES?
Parte de la letalidad del cáncer de páncreas en niveles tan altos se debe a síntomas poco claros en las primeras etapas o confundibles con aquellos que otras afecciones provocan.
Definido a menudo como una enfermedad silenciosa y potencialmente mortal, el cáncer de páncreas posee peculiaridades que distinguen la manera en que es diagnosticado respecto a otros tipos de cáncer.
Para empezar se trata de un órgano glandular poco conocido, a esto se suma su ubicación, rodeado o casi oculto por la mayoría de órganos y vísceras del sistema digestivo en la cavidad abdominal, lo cual dificulta los estudios exploratorios o las anormalidades visibles y palpables de otros cánceres en forma de tumores.
Con todo este contexto en contra, es de suponer que la aparición de signos de alerta o una sintomatología específica sea casi ambigua, de hecho, en las primeras etapas, cuando el tumor se encuentra apenas confinado en el cuerpo del páncreas, los signos son inexistentes o imperceptibles, por el contrario, en etapas avanzadas estos se hacen evidentes, sin embargo en muchas ocasiones tanto el paciente como el médico pueden llegar a confundirlos con otros semejantes provocados por enfermedades variadas, incluso por algunas que afectan al mismo órgano.
¿Cuáles son los signos a los que estar alerta?
En un consenso de autoridades médicas, instituciones abocadas al cáncer pancreático e investigadores en el área oncológica se ha definido un cuadro clínico de sintomatología compartido por la mayoría de los casos detectados, compuesto principalmente por entre siete a nueve signos inamovibles:
Producido generalmente por la presión ejercida por el tumor contra el plexo celíaco, un conjunto de nervios localizados en el abdomen superior que conectan el páncreas, la vesícula biliar, intestinos y estómago con la médula espinal. Esta presión indicaría además el crecimiento paulatino del tumor y su expansión.
Conocida clínicamente como caquexia, se trata del efecto involuntario más común ligado al padecimiento producido por las citocinas, un compuesto emitido por el tumor cancerígeno al torrente sanguíneo, las cuales provocan una alteración en el uso que el organismo da a los nutrientes como proteínas, carbohidratos y grasas, dando como consecuencia la quema anormal de calorías, la pérdida de masa muscular y por consiguiente la falta de apetito.
La ictericia es una condición percibida como la coloración amarillenta de la piel y los ojos, así como el oscurecimiento de la orina, provocados por un aumento en la secreción de bilirrubina, un componente de la bilis en la sangre. Este aumento es consecuencia del bloqueo o estrechamiento del conducto biliar y la obstrucción en el flujo de la bilis debido a la presencia de un tumor en la cabeza del páncreas.
El mismo bloqueo de ciertas funciones pancreáticas debido al tumor, sobre todo en la liberación de enzimas para la digestión y absorción de nutrientes provocará deposiciones grasosas, blandas, acuosas y malolientes.
La presión de un tumor en el páncreas contra órganos adyacentes como el estómago o los intestinos, así como la alteración de algunas de sus funciones digestivas puede provocar indigestión, estreñimiento, náuseas y vómitos, en el caso de estos últimos debido a la compresión del intestino delgado, provocando que los alimentos regresen al estómago.
Los cambios repentinos en los niveles de glucosa o el desarrollo de diabetes, además de asociarse a la obesidad, también podrían indicar estados precoces de un cáncer pancreático, ya que al empezar a desarrollarse un tumor, el páncreas presentará una producción insuficiente de insulina para regular el azúcar en la sangre.
¿Existen otros signos graves que indiquen un estadio avanzado de la enfermedad?
Así como las sintomatología anterior puede presentarse en la mayor parte de etapas, existen signos muy puntuales que en general indican una expansión del tumor como las siguientes:
Se presenta como la hinchazón y distensión del estómago, debido a la acumulación de líquido en la cavidad abdominal, esto provocado por la expansión del cáncer al revestimiento abdominal, lo cual produce malestar, dificultad para respirar, náuseas e inapetencia.
Aunque en muchos casos los coágulos desprendidos y depositados en venas grandes de sitios como las piernas pueden deberse a otras enfermedades, el cáncer de páncreas también puede detonarlos por las alteraciones en la sangre, lo cual puede indicar un estadio tardío, en el que ya existe una metástasis.
¿Por qué pueden confundirse con otras enfermedades?
Como podemos observar, gran parte de estos signos y síntomas bien podrían deberse a malestares comunes o compartidos por otras enfermedades no cancerígenas. En el caso del dolor abdominal o lumbar presente en el avance del cáncer pancreático, sobre todo después de la ingesta de alimentos y con espasmos intermitentes, a menudo se puede relacionar erróneamente con padecimientos digestivos como la gastritis
Por otro lado, la repentina inapetencia seguida por una pérdida abrupta de peso puede estar relacionada a cuadros clínicos de padecimientos infecciosos, fúngicos y parasitarios del sistema digestivo como tuberculosis, endocarditis o incluso el VIH, también las enfermedades celíacas, diabetes, la enfermedad crónica del páncreas e incluso trastornos emocionales como la depresión.
La ictericia, que también es uno de los signos más visibles para este tipo de cáncer, manifiesto en la coloración amarilla de ojos y piel, así como picazón y resequedad, está mayormente relacionada con afecciones del hígado, como la hepatitis, la cual en la mayoría de diagnósticos permanece simplemente como un síntoma sin consecuencias negativas.
Ya que la mayoría de los signos que alertan la presencia de un tumor canceroso en el páncreas son apenas perceptibles o en la práctica pueden manejarse como alteraciones ligadas a otros padecimientos físicos o emocionales, desde VAPORTI invitamos al público en general en este Mes morado, del cáncer de páncreas, a generar conciencia y ante cualquiera de estos síntomas acudir a un chequeo médico. La salud está en nuestras manos, logremos una detección oportuna.
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